La balada de George Michael que surgió de una peculiar historia de amor

george michael freddie mercury

“Careless Whisper” es una de las grandes baladas de los años 80 y marcó el comienzo de la carrera solista de George Michael.

La muerte de George Michael, el 25 de diciembre de 2016 en Inglaterra a los 53 años de edad, marcó el epílogo en la vida de uno de los cantantes, compositores y productores más destacados de la música pop.

Su extraordinaria interpretación del tema “Somebody To Love” de Queen en el homenaje a Freddie Mercury celebrado en el estadio de Wembley, en abril de 1992, quizás haya sido uno de los momentos más sustanciales y recordados de una vasta y auspiciosa trayectoria que se había iniciado durante la primera mitad de la década del ochenta como parte de Wham!.

Aquel dúo británico que completaba Andrew Ridgeley causó sensación gracias a un puñado de logradas canciones pop, entre las cuales sobresalió, sin dudas, “Careless Whisper”, considerada por muchos como la icónica balada de los 80.

El tema en cuestión surgió en 1981 cuando Michael se desempeñaba como DJ en el restaurante Bel Air, muy cerca de Bushey, en el condado británico de Hertfordshire. Como ya le había sucedido en otras oportunidades, las ideas musicales solían aparecer a bordo de algún medio de transporte tanto a la ida como volviendo de su trabajo.

En el caso de “Careless Whisper”, el concepto de la línea de saxo inicial surgió en el preciso momento en que estaba abonando el pasaje de autobús de regreso a su casa. Originalmente, ese fragmento poseía letra pero luego el músico decidió descartarla y dejarlo sólo de modo instrumental con el objetivo de mejorar la calidad de la composición. La tarea le llevó unos tres meses en total y se completó con Ridgeley aportando la secuencia de acordes de guitarra.

En cuanto a la parte lírica, “Careless Whisper” está inspirada en una experiencia personal del propio George Michael. A la edad de doce años acompañó a una de sus hermanas a una pista de patinaje sobre hielo situada en Londres. Allí conoció a una chica llamada Jane con la que había quedado absolutamente fascinado pero a la que jamás le dirigió la palabra, dada su timidez y su baja autoestima.

“Yo era un chico gordo, con gafas y estaba muy enamorado de ella, aunque no tenía ninguna posibilidad”, contó tiempo después en Bare, su autobiografía.

Ya con 16 años, un aspecto diferente y en pareja con una joven de nombre Helen, Michael volvió a cruzarse con Jane quien, en un principio, no lo reconoció. Aunque luego al verlo en un concierto escolar como parte del grupo The Executive comenzaron a frecuentarse mientras él continuaba saliendo con Helen.

George parecía tocar el cielo con las manos: de ser un perdedor total se había convertido en alguien que jugaba a dos bandas, situación que disgustó mucho a sus hermanas ya que sentían un cariño especial por Helen, quien nunca se enteró de lo sucedido.

No conforme con ello, Michael redobló la apuesta y, sin terminar con Jane, inició una nueva relación con una chica llamada Alexis. Pero esta vez las cosas se complicaron: Jane se enteró de la existencia de Alexis y lo abandonó. Su sentimiento de culpa fue tal y perduró durante tanto tiempo que finalmente dio pie a la letra de la canción.

Te dejamos con el videoclip de la canción:

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