
La película Bohemian Rhapsody (2018) fue un éxito rotundo, recaudando más de 910 millones de dólares y ganando cuatro premios Oscar, incluido el de Mejor Actor para Rami Malek.
La idea de una secuela ha generado debates entre fans, críticos y la industria.
A continuación, exploramos los pros y contras de continuar la historia de Queen y Freddie Mercury en la gran pantalla.
Pros
Una secuela podría profundizar en aspectos poco explorados de la vida de Freddie Mercury y Queen. La primera película cubrió desde los inicios de la banda hasta el icónico concierto de Live Aid en 1985, pero dejó fuera los últimos años de Mercury, su lucha contra el VIH/SIDA y su legado póstumo.
Una continuación podría abordar estos temas con sensibilidad, ofreciendo una narrativa conmovedora sobre su resiliencia y contribuciones musicales, como el álbum Made In Heaven. Además, el interés del público sigue vivo: los fans de Queen y nuevas generaciones continúan fascinados por su música, lo que garantizaría una taquilla sólida.
El regreso del elenco original, con Malek como Mercury y actores como Gwilym Lee (Brian May), Ben Hardy (Roger Taylor) o Joe Mazzello (John Deacon), podría mantener la química que cautivó audiencias. Una secuela también permitiría incorporar avances tecnológicos, como mejores efectos visuales para recrear conciertos o momentos históricos, y explorar la evolución musical de Queen en los años 80 y 90. Por último, Brian May y Roger Taylor, miembros de Queen y consultores de la primera película, podrían asegurar autenticidad narrativa.
Contras
Sin embargo, una secuela enfrenta riesgos significativos. La primera película fue criticada por simplificar la vida de Mercury y tomar libertades históricas, lo que podría repetirse y alienar a los fans más puristas.
Abordar la enfermedad y muerte de Mercury requeriría un manejo extremadamente cuidadoso para evitar sensacionalismos, y aún así podría ser emocionalmente difícil para el público y los allegados a Mercury. Además, la ausencia de Mercury como figura central en los años posteriores limitaría la narrativa, ya que la banda nunca volvió a ser la misma sin él.
Otro obstáculo es superar la vara alta dejada por Bohemian Rhapsody. La magia de la primera película radicó en su celebración de la música y el carisma de Mercury, algo difícil de replicar sin caer en la repetición. Finalmente, el mercado está saturado de biopics musicales, lo que podría reducir el impacto de una secuela.
Conclusión
Una secuela de Bohemian Rhapsody tiene el potencial de honrar el legado de Queen, pero requiere un guion excepcional y un enfoque respetuoso. Sin embargo, los riesgos de no cumplir las expectativas y de trivializar una historia tan personal podrían superar los beneficios.