El 3 de junio de 2002, Brian May protagonizó uno de los momentos más memorables de la música británica.
Aquel día, el legendario guitarrista de Queen interpretó el himno nacional “God Save The Queen” desde el tejado del Palacio de Buckingham. Este evento, parte de las celebraciones del Jubileo de Oro de la reina Isabel II, marcó un hito en la carrera de Brian May y en la historia cultural del Reino Unido.
La actuación, que abrió el concierto “Party At The Palace”, fue una idea del propio May, quien rechazó la propuesta inicial de tocar dentro del palacio al estilo de Jimi Hendrix. En su lugar, propuso subirse al tejado, emulando al gaitero solitario que simboliza tradición y resistencia.
Acompañado por una orquesta en los jardines del palacio, Brian May tocó su icónica Red Special ante una audiencia de 12.000 personas en el lugar, un millón en las calles cercanas y 200 millones de espectadores en televisión.
La logística fue un desafío
Problemas técnicos con el sonido y la visibilidad del director Michael Kamen pusieron a prueba su temple, pero el resultado fue impecable.
Brian May describió la experiencia como “aterradora” y “transformadora”. En entrevistas, confesó que el miedo a fallar ante una audiencia global lo llevó a practicar intensamente y a confiar en su preparación. La imagen de May, con su cabello al viento y su guitarra resonando sobre los tejados de Londres, se convirtió en un símbolo de audacia y patriotismo rockero.
El impacto de esta actuación trascendió el evento. Impulsó las ventas del musical We Will Rock You y consolidó la relevancia de Queen tras la pérdida de Freddie Mercury.
Regreso a Buckingham
Veinte años después, en el Jubileo de Platino de 2022, May volvió a actuar frente al palacio, esta vez con Queen + Adam Lambert, reafirmando su legado. Aquel solo en el tejado no solo celebró los 50 años de reinado de Isabel II, sino también el poder del rock para unir generaciones.
