El triste declive en el que vivió Freddie Mercury sus últimos días de vida

freddie mercury 1991 sida virus

Es muy triste saber que tu ídolo más grande murió por miedo a mostrar su yo real al mundo.

Aún más vergonzoso es que en décadas pasadas la homosexualidad era satanizada, y por ende todas las enfermedades que tuvieran que ver con “gays” o “bisexuales”; esa es la razón por la que Freddie Mercury guardó silencio durante siete largos años sobre ser portador de VIH, y cuando por fin comenzó a medicarse ya era demasiado tarde.

¿Qué hubiera pasado si la sociedad de antaño hubiera sido más abierta y consciente de los derechos sexuales de los seres humanos? ¿Uno de los más grandes artistas de la historia hubiera aceptado su condición y pedido ayuda a tiempo?

«Si Freddie se hubiera tomado ese cóctel de pastillas desde el inicio de su enfermedad, hoy estaría con nosotros», así lo aseguró el guitarrista de la banda de Queen, Brian May, en el nuevo libro Queen in 3-D que recopila 360 fotografías inéditas del grupo, entre ellas algunas del enfermo Mercury. Él quería que su público lo escuchara por el valor de su música, no por el morbo de seguir a un enfermo de sida.

Peter Freestone, el asistente personal de Freddie quien estuvo de cerca durante los últimos 12 años de su vida, comentó que los últimos meses tenía un catéter venoso central y recibía medicamento tres veces al día. «En lugar de ir al hospital, Joe Fanelli (el chef de Freddie Mercury) y yo aprendimos cómo suministrarle las medicinas. Nos convertimos también en sus enfermeros», comentó Peter.

Brian May recordó que lo más trágico en Freddie era un pie, el cual se estaba cayendo a pedazos a causa de su enfermedad. Dijo que apenas «le quedaba un resto de el». Brian relató para el diario Sunday Times que una noche Mercury le enseñó una pierna y dijo «Oh, Brian, siento si te he molestado enseñándote esto». Y él le contestó: «No estoy molesto, excepto por darme cuenta de que te tiene que doler terriblemente».

Ya para su último año de vida, entre 1990 y 1991, Freddie Mercury estaba completamente débil. Su cuerpo había adelgazado y parecía haber envejecido unos 10 años, a pesar de todo se las arregló para grabar cuatro pistas completas para la banda.

Aunque su decadencia era notoria, Freddie omitió su enfermedad hasta 48 horas antes de su muerte, cuando se reunió con su representante Jim Beach y pidió ayuda para redactar el anuncio oficial de ser seropositivo. Él presentía su muerte y no quería que su público pensara que murió con un oscuro secreto.

«A partir de las enormes conjeturas que han aparecido en la prensa durante las dos últimas semanas, deseo confirmar que soy VIH positivo y tengo sida. Creo que ha sido correcto no publicar esta información hasta ahora para proteger la privacidad de quienes me rodean. Sin embargo, ha llegado el momento de que mis amigos y mis fans de todo el mundo sepan la verdad. Espero que todos se unan a mis doctores y a todos los demás en el mundo que luchan contra esta terrible enfermedad. Mi intimidad siempre ha sido algo especial para mí y soy famoso por conceder pocas entrevistas. Por favor, comprendan que esto seguirá siendo así»

Freestone relató que las últimas 24 horas de vida Freddie se las pasó en la cama. «Se quedaba dormido y se despertaba, una y otra vez. Yo sólo sostenía su mano para que él supiera que había alguien acompañándolo, que no estaba solo». Así fue como el 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury partió de este mundo con 45 años de edad. Como bien dice May, si el mundo hubiera aceptado su condición hoy estaría vivo y tendría 71 años.

Valora este artículo

Be the first to comment

Leave a Reply